lunes, 10 de diciembre de 2012

A uno por hora


 
Hay récords y récords. Están aquellos que se mejoran año tras año, como suele suceder en las disciplinas de atletismo. O mismo de natación. Y también están aquellos otros récords históricos. Esos que cuando uno los lee o los escucha asegura que es imposible que cambien, que se mejoren. Años y años pasan y el récord sigue intacto. Su dueño difícilmente pierda ese logro.

Sin embargo, Lionel Messi no percibe dicha diferencia. Récord que se nombra, récord que mejora. El alemán Gerd Müller había convertido 85 tantos en 1972 y así escribía un récord histórico, uno de esos que duran años y años y resulta inimaginable superar. Cuarenta años después, en 2012, Messi, entre tanto récords que marca por año, supera un récord histórico. Si, ese récord que parecía utópico superar.

Pero aún más. El récord por si solo sorprende (o no). Sin embargo, la estadística, el camino a ese récord, es impactante. Messi disputó en el año 66 cotejos (y aún quedan más por jugar). En esos 66 encuentros anotó 86 goles (un gol por Copa del Rey, dos por Supercopa española, 13 en Champions League, 59 en la Liga Española y 11 con la Selección Argentina). El argentino no completó los 90 minutos de cada partido. No obstante, si uno toma que hubiese jugado los 90 minutos, el promedio de gol de Messi es de un gol cada 69 minutos. Sabiendo que hubo minutos que no estuvo en cancha, Messi llegó al récord histórico convirtiendo un gol por hora.

¿Sorprende? Las sorpresas se dan cuando uno menos las espera. Cuando resulta inverosímil que suceda. Cuando Messi tiene la pelota en sus pies, el mundo entero anticipa lo que va a desarrollar. Los mismos defensores conocen todos los movimientos. Sin embargo, Messi no deja de sorprender, de emocionar.

Ya no existen adjetivos que puedan describirlo. El mundo habla de él. Barcelona y todo lo que lo rodea es una locura, y él inmerso en esa locura es otra locura. Una locura en medio de una gran locura llamada Barcelona.

Messi sigue rompiendo récords. Hace lo imposible, posible. Lo difícil, fácil. En un deporte como el fútbol en el que los récords son acotados y mayormente históricos, él los mejora año tras año. Como Usain Bolt en atletismo o Michel Phelps en natación, pero él, único en el mundo, en el fútbol.