Entre amores y desamores Juan
tiene un gran amor imposible. Aunque tampoco es imposible cree él. Simplemente
es su gran amor. Algunos encuentros, otros desencuentros impiden que Juan tenga
su oportunidad. Pero no desespera. Juan, ferviente fanático del fútbol, también
ve el fútbol como momentos en que se cumplen amores imposibles. Y sigue
soñando.
Sueña cada día y cada noche.
Porque el amor como el fútbol es un desafío en el que se renuevan las
esperanzas y las ilusiones, acaso lo más mágico de la vida. Como cuando Diego
Maradona desde el pobre y marginado sur italiano le contó al norte y al resto
del mundo que los amores imposibles son grandes sueños por los que vale la pena
luchar y mantener viva la ilusión.
Sueña despierto y dormido por ese
gran amor. Ese amor imposible no tan imposible. Porque lo sueña y lo busca.
Porque en el amor como en el fútbol aun cuando menos te lo esperas, lo
imposible llega. Y así fue que Maradona logró lo imposible con el Nápoli. Y así
fue que otros pequeños grandes se impusieron ante la adversidad. Vencieron la
injusticia más injusta que es la desigualdad.
Juan renueva cada mañana y cada
noche las esperanzas y las ilusiones. Lo hace con el fútbol y con el amor. Lo
hace el 2 de mayo de 2016 cuando se presentó el libro “Pelota de papel”, un
proyecto de cuentos escritos por futbolistas. Se ilusiona como se ilusionaron
hace un año un grupo de futbolistas y se juntaron únicamente por el hecho de
ayudar y construir algo en conjunto. Porque un libro, el fútbol o el amor es
una construcción en conjunto que vale la pena ser vivida.
Se levanta y se acuesta Juan ese
mismo 2 de mayo de 2016 en el que las esperanzas y las ilusiones de hinchas y
jugadores del Leicester de Inglaterra se convirtieron en realidad tras coronarse
campeón de la liga inglesa. Un equipo que hace poco soñaba simplemente con
mantener un plantel de jugadores. Un equipo que empezó a soñar con ascender a
la primera categoría del fútbol inglés y era ese su gran amor imposible. Un equipo
entre varios que soñó con mantenerse en dicha división, todo un desafío que había que transcurrir. Un
equipo que se impuso como Maradona a las desigualdades del fútbol y de la
sociedad para consagrarse campeón. Porque en los sueños, en las esperanzas, en
los amores, no existen las desigualdades. Simplemente son sueños, esperanzas y
amores por los que se elige pelear.
Entre más encuentros y
desencuentros, Juan vuelve a acostarse y a levantarse ilusionado y esperanzado
por su gran amor. Porque como Maradona con el Nápoli, como el Leicester en
Inglaterra, como “Pelota de papel”, triunfan los que sueñan, los que luchan. Y
ahí va Juan, soñando y luchando por su gran amor. Un amor no tan imposible.