Las presiones en el fútbol argentino se acrecientan
a cada instante. La vinculación del descenso con el concepto de tragedia se
naturalizó. “No importa nada, hay que salvarse del descenso”, se lee, se
escucha. Y ante esta presión los jugadores asumen una responsabilidad superior,
la de evitar que esa tragedia ocurra.
Los principios juegan un rol fundamental en
este momento del fútbol. Los entrenadores asumen el cargo con sus propios
principios. Jugar bien, juego colectivo, priorizar el rendimiento. Sin embargo,
transcurren dos fechas, el equipo no gana y los principios ya no están. El
juego empeora, los resultados continúan siendo negativos y el rendimiento baja
y baja. Mientras tanto, esa tragedia llamada descenso cada día suena más
fuerte.
No obstante, estos principios también tienen
que aplicarlos los dirigentes. Deben escoger un rumbo. Javier Cantero, actual
presidente de Independiente, asumió su cargo a fines de 2011. Una vez electo,
decidió continuar con su discurso de campaña: desenmascarar a los corruptos dirigentes
del fútbol argentino e imponer honestidad en cada decisión. Empezando por la
erradicación de los barras bravas de su club, Cantero expuso sus principios.
En contraposición, el resto de los clubes no lo
observaban con buenos ojos. Salía a la luz las complicidades de los dirigentes
con los violentos del fútbol. Por lo que, Independiente comenzaba a estar en la
mira, a ser el blanco de cada crítica. Por su parte, el presidente de la
Asociación del Fútbol Argentino Julio Humberto Grondona se ubicaba en un punto
intermedio: obligado a apoyar a Javier Cantero por su honestidad y por la
aceptación que tenía en todo el público futbolero, pero conjuntamente no podía
oponerse al resto, como por ejemplo Juan Carlos Crespi, uno de los dirigentes
más representativos de AFA. Podía oponerse, pero él también es cómplice de los
negocios, más precisamente es el principal beneficiario de los participantes.
Por lo tanto, su ubicación generaba contradicciones.
Independiente, además, atraviesa una situación
complicada futbolísticamente. Último en la tabla de los descensos, los hinchas
exigen urgente una respuesta. El equipo no rinde y entre tantas excusas, una de
ellas es como perjudican los arbitrajes fecha tras fecha. Ante esto, los
simpatizantes, dominados por la naturalización de la tragedia llamada descenso,
le ruegan a su presidente presencia en AFA. En respuesta, Cantero manifestó: “me
piden que vaya a la AFA, como si ahí nos hicieran ganar”. El mensaje es
clarísimo e igual desde su comienzo: honestidad desde su parte y comprometer a
todos a lo mismo.
Cantero se mantiene firme en sus principios.
Esos principios que adoptó desde su comienzo. No obstante, las exigencias
futbolísticas lo ponen en un apriete. Los hinchas le piden que termine con
todo, que deje de lado esos principios y mantenga como sea al equipo en Primera. Cantero, por su parte, elige
mantenerse en sus principios hasta el final, aunque ese final sea el descenso,
que algunos tratan de imponer como una tragedia.